INTRODUCCIÓN
En este módulo el objetivo principal
es conocer el origen y toda evolución
del ser humano a través de la prehistoria, historia y arqueología.
De esta manera se nos enseñara los
periodos y etapas evolutivas con los
primeros seres humanos por medio de la prehistoria en donde se divide en la edad de piedra y la edad de los
metales. La primera comprenderá con el paleolítico inferior, medio y superior,
epipaleolitico, mesolítico y neolítico. La edad de los metales se iniciara con
un periodo de transición seguido de las edades del bronce y del hierro. De la misma manera explicaremos porque algunos
autores indican que la edad de los
metales, es ya protohistoria.
Por consecuencia
hablaremos de la historia y sobre todo daremos a conocer el
estudio de los acontecimientos del pasado relativo a las personas y a las
sociedades humanas, y a su vez el
desarrollo o sucesión de esos acontecimientos.
PREHISTORIA
La Prehistoria (del latín præ: ‘antes de’, y del griego
ιστορία: ‘historia’) es, según la definición clásica, el período de tiempo
transcurrido desde la aparición de los primeros homininos, antecesores del Homo
sapiens, hasta que tenemos constancia de la existencia de documentos escritos,
algo que ocurrió en primer lugar en el Oriente Próximo hacia el
3300 a. C.; en el resto del planeta, posteriormente.
Según otros autores, la Prehistoria terminaría en algunas
regiones del mundo antes, con la aparición de las sociedades complejas que
dieron lugar a los primeros estados y civilizaciones.
Es importante señalar que según las nuevas
interpretaciones de la ciencia histórica, la prehistoria es un término carente
de real significancia en el sentido que fue entendido por generaciones. Si se
considera a la Historia, tomando la definición de Marc Bloch, como el
«acontecer humano en el tiempo», todo es Historia existiendo el ser humano, y
la Prehistoria podría, forzadamente, solo entenderse como el estudio de la vida
antes de la aparición del primer homínido en la tierra. Desde el punto de vista
cronológico, sus límites están lejos de ser claros, pues ni la llegada del ser
humano ni la invención de la escritura tienen lugar al mismo tiempo en todas
las zonas del planeta.
Por otra parte, hay quienes defienden una definición de
esta fase o, al menos, su separación de la Historia Antigua, en virtud de
criterios económicos y sociales en lugar de cronológicos, pues éstos son más
particularizadores (es decir, más ideográficos) y aquellos, más generalizadores
y por tanto, más susceptibles de proporcionar una visión científica.
En ese sentido, el fin de la Prehistoria y el inicio de
la Historia lo marcaría una estructuración creciente de la sociedad que
provocaría una modificación sustancial del hábitat, su aglomeración en
ciudades, una socialización avanzada, su jerarquización, la aparición de
estructuras administrativas, de la moneda y el incremento de los intercambios
comerciales de larga distancia. Así, no sería muy correcto estudiar dentro del
ámbito de la Prehistoria sociedades de carácter totalmente urbano como los
incas y mexicas en América, los ghana y zimbabue en África o los jemer en el
sudeste asiático, que solamente son identificados con este período por la
ausencia de textos escritos que de ellos tenemos (los mayas han entrado hace
muy poco plenamente en la Historia al haberse descifrado sus glifos, que tienen
valor fonético, por lo que forman un verdadero lenguaje).
PREHISTORIA,
HISTORIA Y ARQUEOLOGÍA
Desde el punto de vista más tradicional, se considera que
la Prehistoria es una especialidad científica que estudia, por medio de la
excavación, los datos de este periodo de la Historia que ha precedido a la
invención de la escritura. Los restos arqueológicos son la principal fuente de
información y para estudiarlos se utilizan numerosas disciplinas auxiliares,
como la física nuclear (para efectuar dataciones absolutas), el análisis por
espectrómetro de masas (de componentes líticos, cerámicos o metálicos), la
geomorfología, la edafología, la tafonomía, la trazalogía (para las huellas de
uso), la paleontología, la paleobotánica, la estadística no paramétrica, la
etnografía, la paleoantropología, la topografía y el dibujo técnico, entre otras
muchas ciencias y técnicas. De manera que hay un gran número de personas que
consideran a la Prehistoria como una especialidad dentro de la Historia, pero
mucho más tecnificada y pluridisciplinaria.
La metodología de base para la obtención de datos en la
Prehistoria es, obviamente, la Arqueología, por lo que hasta hace muy poco
Prehistoria y Arqueología eran confundidas constantemente. En los ámbitos
académicos de la Europa continental la Prehistoria es una especialidad de la
Historia, siendo habitual que haya departamentos de Prehistoria dentro de las
facultades de Historia y también es normal que la financiación de las
investigaciones corra a cargo de instituciones de orientación humanística o la
propia administración estatal. En cambio, en América y las Islas Británicas la
Prehistoria está siendo supeditada a la Arqueología (Arqueología procesual), la
cual, a su vez, suele verse como una especialidad de la Antropología, cuyo
alcance, en cualquier caso, no se limita a las fases preliterarias de la Historia,
sino a cualquier periodo pretérito, aunque sea muy reciente. Además, la
organización de los departamentos de Arqueología anglosajones suele ser
diferente al asociarse a menudo a las Ciencias Naturales, incluyendo
laboratorios propios y sistemas de financiación ligados a organismos enfocados
a tales ciencias (en Estados Unidos, por ejemplo, la National Science
Foundation y en Gran Bretaña el Natural Environment Research Council) o
fundaciones más relacionadas con el sector privado.
Los últimos estadios de la Prehistoria, la Protohistoria,
englobarían, según algunas interpretaciones, los periodos sin escritura de
ciertas culturas contemporáneas de los pueblos históricos, cuyos textos nos dan
una información adicional sobre estos grupos ágrafos, y según otras, aquellas
sociedades en proceso de formación de un estado, pero que no tienen escritura.
Estas definiciones son bastante limitadas, siendo la primera escasamente útil
fuera del ámbito europeo. Así, debido a la complejidad del concepto, éste es
poco usado y las culturas protohistóricas suelen incluirse tanto en el estudio
de la Prehistoria como en los primeros momentos de la Historia antigua.
PREHISTORIA EN
ÁFRICA
África es la cuna de la humanidad y es en la actualidad
el continente en el que más poblaciones siguen utilizando tecnologías
prehistóricas. Resulta fácil concluir que la prehistoria de África es la más
larga y compleja de todo el globo. Pero esto no siempre fue visto así, ya que
durante el siglo XIX y hasta mediados del XX se adjudicaba a Asia nuestro
origen.
Esta teoría era la consecuencia de que los fósiles de homininos más
antiguos con los que se contaba entonces procedían de allí: el Hombre de Java y
el de Pekín. Tal visión cambió radicalmente con los trabajos realizados en el
África austral y oriental, y publicados a partir de los años cincuenta del
siglo XX, que remontaron la antigüedad de los fósiles africanos (de
Australopithecus y Homo) a cuatro millones de años atrás.
PALEOLÍTICO DEL
ÁFRICA SUBSAHARIANA
En África subsahariana para
el Paleolítico suele utilizarse la periodización anglosajona, aunque ésta obvia
toda la fase de desarrollo correspondiente al género Australopithecus:
ESA (Early Stone Age o Edad de Piedra temprana) se
refiere al periodo comprendido desde la aparición del primer miembro del género
Homo, hace más de dos millones y medio de años, hasta hace unos 200 000. Se
divide en dos etapas: olduvayense y achelense.
La garganta de Olduvai.
La industria olduvayense es la más antigua del mundo.
Aunque recibe su nombre del yacimiento epónimo de Olduvai, en Tanzania, los
hallazgos más antiguos aparecen más al norte, en Etiopía, concretamente en la
cuenca del río Omo, donde la investigadora francesa Hélène Roche ha datado
herramientas talladas en el arroyo de Kada Gona (Afar), por medio del
potasio-argón, en 2,6 millones de años de antigüedad. La olduvayense es una
industria compuesta, fundamentalmente, por cantos tallados y lascas. Se
atribuye normalmente al Homo habilis o al Homo rudolfensis, aunque según
ciertos investigadores las especies más inteligentes de Australopithecus (por
ejemplo el Australopithecus garhi) también pudieron elaborar herramientas, lo
cual plantea numerosas controversias.
La industria achelense apareció hace 1,5 millones de
años, al parecer ligada a una nueva especie humana, probablemente Homo
ergaster, aunque existe un cierto hiato evolutivo en cuanto a los fósiles de
este periodo. El Achelense africano, sin duda el originario, se caracteriza por
el empleo del bifaz, el hendidor, el canto tallado, la raedera, los
denticulados y una serie de técnicas y métodos de talla relativamente avanzados
(método Levallois y sus variantes africanas, que son muchas más que las
europeas).
MSA (Middle Stone Age o Edad de la Piedra intermedia), es
el periodo que va desde hace 200 000 años hasta hace 30 000. Se
desarrollaron industrias muy parecidas entre ellas, para las que se han
establecido numerosas variantes regionales basadas, sobre todo, en la
influencia de la materia prima local, que parece condicionar la tecnología y la
tipología lítica.
En el África oriental y austral (Pietersburg y Bambata)
destaca el Stillbayense, que se extiende por el sur de África hasta Rodesia y
la zona oriental. Se caracteriza por las raederas, las puntas triangulares, las
puntas foliáceas bifaciales y las lascas laminares. Otra industria propia de
las llanuras de Sudáfrica es el Fauresmithiense, que tiene un fuerte componente
Levallois y piezas de tradición achelense (bifaces, hendidores...), pero de
pequeño tamaño. Las industrias de África central son más arcaicas, como el
Sangoense, que parece un Achelense tardío. Es difícil atribuir grupos humanos a
cada una de esas industrias; quizás las más arcaicas correspondan a Homo
rhodesiensis y las más evolucionadas a los primeros Homo sapiens (tal vez a
Homo sapiens idaltu u otra subespecie, cuyos restos se documentan en los
yacimientos de Border Cave y Klaisies River Mouth, Sudáfrica, y en Herto,
Etiopía).
LSA (Late Stone Age o Edad de Piedra tardía) es el último
periodo del Paleolítico del África subsahariana. Las industrias típicas del
África oriental son núcleos discoides, piezas foliáceas bifaciales y microlitos
geométricos. En África central tenemos el Lupembiense, cuyos artefactos más
característicos son unos espesos picos foliáceos finamente retocados. En el sur
de África encontramos la cultura aparentemente más sofisticada, el Wiltoniense,
de características microlíticas y laminares que fue extendiéndose hacia el
norte y perduró hasta épocas históricas, incorporando numerosas innovaciones
(llegando incluso, a neolitizarse parcialmente). Por último, en el Sahel hay
industrias emparentadas con el periodo anterior y con rasgos protoneolíticos,
como ocurre con el Gumbiense de Etiopía (un pueblo de pastores nómadas que
conocían la cerámica). En muchos de estos lugares tales tecnologías se
mantuvieron sin apenas evolución hasta la expansión bantú o hasta la
colonización europea (por ejemplo, la cultura Gwisho).
EDAD DE LOS METALES EN
EL ÁFRICA SUBSAHARIANA
La metalurgia en la región subsahariana no pasó
por las clásicas fases del Viejo
Mundo (cobre, bronce e hierro), apareciendo solo evidencias
de fundición del hierro y en unas fechas muy tempranas respecto a Europa. Hasta
mediados de los años setenta del siglo XX se relacionaba la expansión
lingüística del grupo bantú por África central y austral (a partir
del siglo V a. C. y a costa de, sobre todo,
las lenguas joisanas) con la del metal. Pero los datos arqueológicos
posteriores han desmentido este modelo de tradición colonialista. Así, las
dataciones más antiguas relacionadas con artefactos férreos se sitúan hacia
el 1800 a. C. en lo que actualmente es el desierto
de Níger. Sobre el 1300 a. C. para algunos puntos de
África oriental, el 900 a. C. en el área
del Congo y
el 500 a. C. en Zambia yZimbabue.
El proceso lingüístico bantú está todavía lejos
de ser bien comprendido y los estudiosos sostienen diversas teorías acerca de
su génesis y desarrollo.8 Puede
que los Nok de Nigeria, que vivían en los valles de los
ríos Níger y Benué, y eran capaces de fundir y forjar el hierro hace
2500 años estén relacionados con el origen de los bantúes, aunque no hay
pruebas.
Aunque la mayoría de los grandes reinos de África
centro-occidental mantuvieron fuertes lazos de dependencia comercial con las
áreas islámicas, ya históricas, del norte, sus fuentes narrativas
siguieron estando basadas en las tradiciones orales. Tenemos noticias de ellos
gracias a los viajeros y misioneros musulmanes que alcanzaron el centro del
continente y dejaron constancia en sus escritos. Ese fue el caso de un geógrafo
que describió en el siglo VIII el imperio de Ghana. Los registros orales
fueron puestos por escrito en árabe gracias a historiadores de Tombuctú,
que durante el siglo XVII recogieron tradiciones que se remontaban a los siglos
XIII-XIV, relacionadas con el imperio de Malí. En cambio, del imperio
Monomotapa, que floreció entre los siglos XI y XV gracias a
los contactos comerciales con los musulmanes asentados en la costa
del Índico, no hay documentos escritos hasta la llegada de los
portugueses.
NOROESTE DE
ÁFRICA
El África mediterránea tuvo,
durante la Edad de Piedra, una periodización equivalente a la europea, Paleolítico y Neolítico. Después, la influencia de la civilización egipcia y la
llegada de colonizadores fenicios aceleraron el ritmo evolutivo respecto a
Europa.
EDAD DE PIEDRA EN EL NORTE DE ÁFRICA
·
El Paleolítico inferior y medio están bien representados desde fechas
muy remotas. Así, hay numerosas evidencias del Olduvayense y del Achelense (más en el Magreb que en la zona del
Nilo), pudiéndose añadir a las industrias líticas diversos tipos de restos
humanos (la mandíbula de
Ternifine, en Argelia, que podría ser atribuida a Homo heidelbergensis o el cráneo de Jebel Irhoud, en Marruecos, de aspecto neandertaloide). Durante este periodo
existe similitud entre los grupos norteafricanos y los de Europa occidental.
·
La cultura ateriense parece romper esa tendencia y separa
la evolución técnico-cultural (especialmente en la zona del Sáhara) de la de sus vecinos. Aunque
es similar al musteriense en algunas de sus técnicas líticas,
tiene sus propias particularidades que lo diferencian de aquel, como serían la
costumbre de elaborar utensilios pedunculados o una cronología que no podría
ubicarse en las fases de la Prehistoria europea
(48000 a. C.-30000 a. C., aunque haya constancia de su
pervivencia durante al menos diez mil años más).
·
La cultura iberomaurisiense es también exclusiva del norte de
África, especialmente de las costas magrebíes. Su prolongada cronología se
solapa con el Ateriense y parece abarcar el equivalente a todo el Paleolítico superior europeo, apreciándose en él una clara
evolución. Se trata de un complejo cultural conindustria ósea bien desarrollada y una industria
lítica a base de hojas. Con el
tiempo tendió a la microlitización,
primero laminar y luego geométrica, atestiguándose un temprano empleo de la técnica del golpe de microburil. En
cuanto a los restos humanos, destacan los de Mechta el-Arbi (Argelia), de tipo cromañoide.
·
La cultura capsiense es otro grupo cultural de origen
claramente magrebí. Sus comienzos
se sitúan hacia el 8000 a. C.,
dentro del Epipaleolítico local. Destaca por la abundancia de
materiales, entre los cuales se encuentran útiles laminares y microlíticos (los
hay foliáceos de bella factura), junto a las características botellas
fabricadas en huevos de avestruz y los abundantes concheros. La caza, la
recolección y el marisqueo debieron ser las fuentes principales de sustento.
Hacia el quinto milenio se convirtieron en semisedentarios,
adoptando la ganadería (complementada con una agricultura muy rudimentaria) y
utilizando la cerámica. Por todo ello, en esta fase final se habla de un Neolítico de tradición capsiense.
- El Neolítico de la zona del Nilo es particularmente avanzado, con
dos focos principales situados respectivamente en el Delta (Merimdé), y en el alto Egipto (elBadariense). Aunque
ambas tienen sus propias particularidades y diferencias, comparten ciertos
rasgos que permiten sostener que existían relaciones entre ellas. Tenían
grandes asentamientos completamente sedentarios, cuya economía se basaba
en la agricultura y la ganadería. Sus cabañas, hechas con barro, ramas y
cañas, contienen hogares, silos para el grano e incluso inhumaciones en
fosa con ajuar. La cerámica es variada, mostrando modelos monocromos y
otros pintados, y el resto de la cultura material es muy rica: hay
cuchillos de sílex con una talla primorosa (tal vez ceremoniales), paletas
de esquisto para la mezcla de pigmentos, productos para la confección de
tejidos, puntas de flecha, ornamentos en piedras semipreciosas (a menudo
importadas), estatuillas de animales y de personas, y (en la etapa final)
piezas de cobre. Estos grupos culturales se inscriben en el llamado periodo predinástico de Egipto y son considerados como la etapa
previa a la entrada de Egipto en la Historia.
EL METAL Y LA ENTRADA EN LA HISTORIA DEL NORTE DE ÁFRICA
·
El Nilo: La eclosión de la civilización
egipcia se inició ya en el IV milenio a. C. con el surgimiento de numerosas
ciudades, los primeros jeroglíficos y la aparición de dos grandes estados (el Alto y el Bajo
Egipto) en el periodo llamado Protodinástico.
Estos estados acabaron siendo unificados por el primer faraón, el rey Narmer, aproximadamente en el 3150 a. C. De este modo, la zona oriental de
África entró muy tempranamente en la Historia y, además, se convirtió en un
foco de irradiación cultural que no solo afectó al Mediterráneo, sino también a
gran parte del continente africano.
·
El Magreb, en cambio es un caso muy diferente. Mientras que durante el segundo milenio antes de nuestra era buena parte del
Mediterráneo comenzaba a ser recorrido por navegantes a la búsqueda de materias
primas como el cobre y el oro, el Magreb quedaba al margen de este flujo de
contactos e intercambios económico-culturales. La etnia bereber, de la que se desconoce
su procedencia (aunque los estudiosos creen que su lengua es de orígenes afroasiáticos), era predominante en la
región. La primera noticia de este grupo humano procede de textos egipcios
datados en el 2300 a. C.,
donde se les denomina «téhménow»;
posteriormente los citaron en el año 1227 a. C. cuando parece que atacaron el Delta, pero esta vez ya se les
denominó «libou», es
decir, libios. Desde entonces los textos clásicos se refirieron a los indígenas
del Magreb como pueblos líbicos. Sus restos funerarios se componen de cistas bajo túmulo, dólmenes (mucho más tardíos que los del
occidente europeo) y, en los momentos finales, unos pequeños hipogeos llamados «haouanets» (por ejemplo, los de Debbabsa, en Túnez).
Desde finales
del segundo milenio a.C. se cree que los fenicios frecuentaban las costas del Magreb,
fundando las primeras factorías en torno al 1100 a. C. Éstas fueron Útica (cerca de Bizerta) y Oea (en
los alrededores de Trípoli),
aunque la más importante fue, sin duda, Cartago,
en el 814 a. C. La influencia ejercida por los cartagineses se plasmó en la aparición, a partir
del siglo V a. C.,
de las primeras monarquías indígenas en la propia Cirenaica (los colonos griegos hablan del rey Battus,
fundador de la dinastía de los
Batíadas), en Ghana y en Numidia (donde uno de sus reyes, Masinisa, se hizo legendario por sus
cambios de bando en la Tercera Guerra Púnica). Asimismo, los púnicos
introdujeron también mejoras agropecuarias, el hierro, el torno de alfarero, la acuñación de moneda y, finalmente, propiciaron la
invención de un tipo propio de escritura:
el «alfabeto líbico» o tifinagh,
que, ha sobrevivido hasta la actualidad entre ciertas tribus de tuaregs.
Prehistoria en Oriente Próximo
En nuestro ámbito se suelen usar indistintamente las
expresiones "Oriente Medio" y "Oriente Próximo" para
designar a la región del Oriente más próxima a Europa, que es sinónimo de Asia
sudoccidental. En cualquier caso, desde el punto de vista histórico, el Oriente
próximo es lo que se denomina una zona nuclear, la cual irradió continuas
innovaciones y cambios que influyeron decisivamente en el desarrollo
tecnológico y social de toda Eurasia.
Paleolítico
en Oriente Próximo
Paleolítico inferior: la presencia del ser humano en la
zona está documentada en Dmanisi (Georgia), con la aparición de unos restos
denominados Homo georgicus, relacionados con Homo erectus y Homo ergaster.
Datados en 1.850.000-1.600.000 años de antigüedad, aparecieron acompañados de
una cultura material muy tosca, de tradición olduvayense.
Los primeros bifaces se encontraron en Ubeidiya (Israel),
junto a restos humanos muy antiguos. El Achelense típico de la zona
comprendería desde hace algo más de 800.000 años hasta unos 150.000 años atrás.
Paleolítico medio: es muy similar al de toda la cuenca
mediterránea, ocupada en aquella época por los neandertales, de tradición
musteriense. El yacimiento de Mugharet et-Tabun (Israel), ofrece una secuencia
casi completa de este período: las industrias más antiguas son del Achelense
final, seguidas de niveles con típicas industrias musterienses y, ya en los
superiores, piezas laminares auriñacienses.
Cráneo de Dmanisi.
|
Bifaz de Um Qatafa.
|
Punta de El-Wad.
|
Hojita Dufour.
|
Los fósiles humanos conocidos en
la base de la secuencia temporal poseen rasgos casi idénticos a los primeros
Homo sapiens que aparecen en la MSA africana, con una antigüedad probada
entre 100.000 y 90.000 años. En cambio, los «Neandertales clásicos» son,
cronológicamente posteriores, datados a partir de 60.000 años. Todo parece indicar que los seres
humanos modernos llegaron a
Oriente Medio desde África antes de que los neandertales llegasen desde Europa,
y que se encontraron allí, donde, posiblemente, convivieron durante miles de
años.
·
Paleolítico superior: parecen diferenciarse dos complejos tecnológico/estilísticos
paralelos, ambos con microlitos.
Por un lado, estaría el Ahmariense,
que se caracteriza por una tecnología laminar formada por piezas de dorso y cuchillos,
aunque el fósil director es la punta de base retocada o punta de El-Wad. Por otro,
distinguiríamos el Auriñaciense
levantino, procedente de Europa oriental y que se caracteriza por grandes
lascas y gruesas hojas que servirían de soporte para raspadores, buriles y
hojas con retoque escamoso; destacarían además las hojitas de Dufour y la industria
ósea.
Mesolítico
en Oriente Próximo
Comenzó al finalizar la última glaciación. La caza y la
recolección siguieron siendo básicas para la supervivencia humana (se
inventaron el arco y las flechas), pero, en algunas regiones, los nómadas se
fueron transformando en semisedentarios, la caza se especializó en unas pocas
especies, intensificándose, y la recolección se convirtió en forrajeo
organizado. Así surgieron los grupos mesolíticos más significativos de la
región: los natufienses, que vivían en pequeños poblados, asociados a silos, y
poseían diversas herramientas para cosechar y elaborar cereales panificables.
Neolítico
en Oriente Próximo
Datado hacia el 8000 a. C. en la
región denominada Creciente Fértil, es decir, Mesopotamia (hoy
en día Irak) y Canaán (actualmente Siria, Israel y Palestina).
Allí se domesticaron algunas de las especies de animales básicas para dar lugar
a los inicios de la ganadería y se comenzaron a cultivar ciertas plantas
sin las cuales no entenderíamos la agricultura. Además:
Se modificaron algunas herramientas, como las hachas
pulimentadas.
Se recombinaron elementos conocidos para crear otros
nuevos: la cerámica y los tejidos.
Se fundaron los primeros poblados estables
(sedentarización).
Por primera vez se produjeron alimentos y otros productos
en mayor cantidad de la necesaria, creando excedentes.
Se produjo un fuerte aumento demográfico que
hizo que alguna aldea se convirtiera en proto-ciudad: Jericó
(Cisjordania).
Edad
de los Metales en Oriente Próximo
Aunque en el Próximo Oriente el desarrollo de la
metalurgia del bronce coincidió con la aparición de documentos escritos y el
nacimiento de las primeras civilizaciones (dejando sin sentido que tratemos la
Edad de los Metales como una etapa prehistórica global), la fase calcolítica
sigue siendo todavía prehistórica.
Edad
del Cobre en Oriente Próximo
El Calcolítico o Eneolítico es la Edad del Cobre (en
griego cobre se dice Χαλκός = «khalkós»). El cobre comenzó a ser utilizado
durante el Neolítico en forma de objetos martillados a partir de pepitas de
metal nativo. Las primeras evidencias corresponden a la cueva de Shanidar
(montes Zagros, Irak), donde se hallaron colgantes hechos con cuentas de cobre
en niveles correspondientes al 9500 a. C., o sea, del Neolítico
inicial. Empezó a ser fundido en el sur de Anatolia y el Kurdistán durante el
VI milenio a. C. para realizar punzones, agujas y adornos,
mientras se seguían utilizando las mismas herramientas líticas (o de otros
materiales) del Neolítico, ya que los artefactos metálicos eran menos eficaces
que los de sílex u obsidiana.
En Mesopotamia la metalurgia del cobre (y del plomo)
aparece en los complejos culturales de Samarra (Irak) y Tell-Halaf (Siria),
hacia mediados del VI milenio a. C. En ambos se había empezado a
practicar la agricultura de regadío y se elaboraron cerámicas hechas a mano de
alta calidad. Los grupos halafienses construyeron santuarios, realizaron
pequeñas esculturas y utilizaban sellos. En el sur mesopotámico destacan el
yacimiento de Eridu, donde se construyó un templo de pequeño tamaño, y El
Obeid, que nos ha legado cerámica hecha a torno, armas y adornos de metal, así
como templos monumentales que anticipaban los posteriores zigurat.
Desde el 5000 a. C. en Ugarit (Siria) y desde el
4500 a. C. en Palestina y Biblos (Líbano) comenzaron a manufacturarse
pequeñas cantidades de objetos metálicos que en el caso de Biblos no solo
fueron de cobre sino también de oro y plata.
A pesar de que los fósiles directores de esta fase son
los objetos de cobre fundido, la metalurgia no es la principal innovación
asociada con este período. Complejos procesos como la intensificación de la
producción, la especialización artesanal o la estratificación social provocaron
una serie de fenómenos que desembocaron en la aparición de las primeras
sociedades complejas o preestatales, que se transformaron durante el Bronce
antiguo en estados.
Prehistoria en Europa
Durante toda su Prehistoria el continente europeo fue
tributario de las tradiciones culturales de África y Oriente Próximo. Si
exceptuamos la cultura Musteriense y quizá la Auriñaciense, así
como el desarrollo del arte paleolítico, el megalitismo, el vaso
campaniforme o la cerámica cordada, buena parte de la evolución
registrada durante esta fase es el resultado de importaciones foráneas. Solo el
desarrollo de la cultura clásica grecorromana (ya histórica) puso a
Europa a la altura de las grandes civilizaciones de otros continentes.
Edad
de Piedra europea
La Edad de Piedra europea sigue dividiéndose en tres
etapas, siguiendo las propuestas de John Lubbock, que en 1865 separó el
Paleolítico y el Neolítico. A éstas se unió posteriormente el
Mesolítico/Epipaleolítico, gracias al descubrimiento del Tardenoisiense por
Gabriel de Mortillet, realizado entre 1885 y 1897. La definición de las tres
Edades de la Piedra fue precisada y enriquecida por las propuestas de Henri
Breuil en 1932. Desde entonces, aunque se hayan revisado las referencias y
muchos conceptos erróneos, esta división apenas ha sufrido alteraciones
relevantes.
El Paleolítico es el periodo más antiguo y largo de la
historia europea, comenzando hace aproximadamente un millón de años con la
llegada de los primeros humanos: Homo ergaster u Homo antecessor.
Posteriormente aparecieron otros tipos característicos del continente: Homo
heidelbergensis y Homo neanderthalensis. Homo sapiens sapiens llegó desde África
hace unos 50.000 años. Paralelos a la evolución humana se produjeron cambios
culturales: durante el Paleolítico inferior la cultura dominante en Europa fue
el Achelense y en el Paleolítico medio encontramos el Musteriense, propio del
hombre de Neandertal, aunque quizá el Châtelperroniense sea un epígono de este
tipo humano. Con la llegada del hombre moderno 17 se sucedieron el
Auriñaciense, Gravetiense, Solutrense y Magdaleniense. Otros elementos
importantes para comprender el Paleolítico son las continuas oscilaciones
climáticas denominadas glaciaciones, el predominio de una economía de
caza-recolección y el desarrollo del arte a partir de la llegada del Homo
sapiens.
Bifaz, el artefacto más típico
del Achelense.
|
Proyectiles óseos del final del Paleolítico y del Epipaleolítico.
|
La punta de Tardenois es un microlito típico delMesolítico.
|
Tumba mesolítica de Téviec
(Morbihan, Francia). |
·
El Epipaleolítico/Mesolítico se refiere al periodo que transcurre
desde el final del último periodo
glacial (hace unos 12 000 años) hasta el
comienzo del Neolítico (hace unos 5000 años). Actualmente se
discrimina entre grupos
epipaleolíticos (aquellos que
mantienen el modo de vida propio del Paleolítico, sin cambios sustanciales,
como ocurre con el Aziliense, por
ejemplo) y grupos mesolíticos (aquellos que muestran una tendencia
propia a evolucionar hacia la sedentarización y otros rasgos propios de lo que
luego será el Neolítico, como podría ser el caso del Tardenoisiense).
- El Neolítico llegó a Europa en el sexto milenio a.C., procedente
del Oriente próximo y a través de la Península
balcánica y la cuenca
Mediterránea, aunque hay constancia ya en
elVII milenio a. C. de
cronoculturas protoneolíticas en los Balcanes: se trata de pueblos
acerámicos, con una agricultura rudimentaria e itinerante, con ganadería y
numerosas pervivencias mesolíticas (caza, pesca y recolección, hábitats en
cuevas, sin hachas pulimentadas, etc.). Aunque los primeros poblados
sedentarios son muy pequeños, pronto se desarrollaron yacimientos como Sesklo o Nea Nikomedia, ambos sobre
elevaciones del terreno, con murallas y bastiones y, en su interior,
construcciones rectangulares con un vestíbulo de acceso, en las cuales se
han hallado cerámicas pintadas y figurillas femeninas.
En el Mediterráneo occidental se
cree que hubo una fase precerámica fundamentalmente ganadera y relacionada con
hábitats en cueva, previa a la aparición de unos grupos de carácter agrícola y
ganadero identificados tradicionalmente por un elemento característico, la cerámica cardial. Estas típicas
cerámicas decoradas con impresiones de conchas de berberecho (Cardiidae)
aparecen tanto en la orilla africana como en la europea del Mediterráneo, desde Dalmacia a la Península
ibérica (verde claro en el mapa).
La neolitización penetró hacia el
centro de Europa durante el quinto
milenio a.C. y a través del Danubio; su fósil director es la
llamada cerámica de bandas (pardo claro en el mapa), cuya
influencia se extendió desde lo que hoy es Hungría hasta los actuales Países Bajos. La cerámica de bandas
está decorada en frisos superpuestos con motivos diversos, destacando los
meandros, las volutas y las formas angulosas. Los grupos que la utilizaban
habitaban en poblados fortificados, algunos de gran tamaño (hasta 40
hectáreas).
Molino neolítico de vaivén.
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Cerámica de bandas
(Neolítico Danubiano). |
Hachas de piedra pulimentada.
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Poblado palafítico tipo Lagozza.
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Hacia el 4000 a. C. casi toda Europa estaba neolitizada.
Por esas fechas empezaron a aparecer en varias regiones atlánticas (desde Portugal a Dinamarca)
y de manera más o menos simultánea, unas estructuras colosales de carácter
mayoritariamente funerario (pero no únicamente), englobadas en un fenómeno
denominado megalitismo. Este
nuevo fenómeno cultural sobrepasó el ámbito neolítico, perdurando durante el Calcolítico y la Edad
del Bronce, hasta el 1500 a. C.
Hacia los momentos finales se llegaron a construir algunos de los monumentos
más impresionantes (como las últimas fases de Stonehenge).
Los monumentos megalíticos han
sido interpretados como centros simbólicos y/o rituales de las poblaciones de
su entorno, de las cuales se conocen muy pocos datos: algunas cabañas dispersas
de madera o piedra, acumulaciones de sílex,
fosas y hogares, son las evidencias halladas. La excepción la constituye el
interesante poblado de Skara
Brae, en las islas Orcadas (Escocia).
También se han encontrado en el norte y noroeste de Europa ciertos recintos
delimitados por fosos sucesivos, terraplenes y empalizadas, denominados campos atrincherados, que
funcionarían, posiblemente, como espacios rituales complementarios de los
megalitos.
Menhir de
Saint-Macaire (Francia). |
El dolmen de Axeitos, en Galicia.
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Alineamiento de menhires en Carnac, Francia.
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Los monumentos megalíticos son construcciones formadas por
grandes piedras de hasta varias toneladas de peso. Se podrían diferenciar cinco
clases de monumentos:
·
Menhir: es una gran piedra puesta de pie que marcaría un lugar sagrado.
·
Alineamiento: es un conjunto de menhires puestos en fila.
·
Crómlech: es un conjunto de menhires puestos en círculo. Se supone que el
alineamiento y el crómlech eran una especie de templos al aire libre
·
Dolmen: Es un monumento complejo donde se enterraba a los miembros de la
comunidad. Constaba de un corredor o pasillo de entrada y de una cámara
funeraria, ambos construidos con grandes lajas de piedra. Todo ello cubierto
por un montículo de tierra y cascotes denominado túmulo. Todos los difuntos eran
depositados en la misma cámara funeraria, ya que se trataba de un lugar de enterramiento
colectivo. Junto a los cadáveres se colocaban ofrendas funerarias, como armas,
comida y joyas, entre otros elementos.
·
Trilito: Dos piedras paralelas y verticales, no muy separadas entre si y
una horizontal puesta sobre ella.
Edad de los Metales
en Europa
Calcolítico europeo
Hasta los años 70 del siglo XX los modelos difusionistas establecían que la metalurgia
llegó a Europa a través del Cáucaso y Anatolia en el cuarto
milenio a. C.. Pero las dataciones de carbono-14 demostraron que la balcánica era casi un milenio más
antigua que la de sus supuestos inspiradores y, así, investigaciones
posteriores establecieron que, hacia el 4000 a. C., en la Península balcánica había surgido de manera autóctona una industria
minero-metalúrgica del cobre asociada a una rica orfebrería, en un entorno social que algunos autores han llegado a
denominar laprimera civilización europea. Situados entre el Danubio y Tesalia, los focos principales fueron Vinça, Gumelnitsa, Salcuta, Cucuteni y Tiszapolgar,
contemporáneos de los complejos neolíticos griegos. Los grupos balcánicos se
extendieron por la actual Serbia, Bulgaria, Rumania, Besarabia, Moldavia, Ucrania y el resto de la cuenca de los Cárpatos.
Figurilla cicládica de mármol
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Cerámica de Cucuteni
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Cuenco con decoración incisa de oculados de Los
Millares.
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Puñalito de cobre del calcolítico hispano.
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Un
segundo foco metalúrgico autóctono se sitúa al sur de la Península ibérica, en Los Millares (Almería, España) y Vila Nova (Portugal), desarrollándose a partir
de finales del cuarto
milenio a. C. y a lo
largo de todo el tercero. Ambos
grupos mantuvieron las tradiciones megalíticas funerarias, aunque su estructura
social fue, sin duda, mucho más compleja que durante el Neolítico final: los
dólmenes almerienses pasaron a ser sepulcros de corredor con cámara de falsa
cúpula, es decir, auténticos tholoi,
y aparecieron impresionantes estructuras defensivas en las dos zonas. También
aquí, las tesis difusionistas relacionaban el aumento de la complejidad social
y tecnológica peninsular con la llegada de unos míticos colonizadores
orientales. Y, al igual que en los Balcanes, las dataciones de Carbono 14 establecieron que los materiales
occidentales son mucho más antiguos que aquellos. Además, los ídolos oculados,
la cerámica acanalada o pintada y las coladas de cobre peninsulares tienen
características propias, diferentes de los supuestos modelos orientales. El
modelo difusionista ha tenido que ser abandonado y su lugar ha sido ocupado por
otro, evolucionista y local. También a finales del cuarto milenio a. C. comenzó a producirse un aumento de la
complejidad social en el ámbito del mar Egeo.
Aunque los cambios que se produjeron tienen un claro carácter interno, no es menos innegable el importante papel que jugaron las redes de
intercambio que conectaban el Egeo con Anatolia y Egipto. Estas
transformaciones socio-económicas constituyen la base de las posteriores
culturas clásicas:
·
En Grecia continental (Heládico inicial) aparecieron los
primeros edificios tipo megaron en el interior de recintos amurallados
concéntricos.
·
En las islas Cícladas (Cicládico inicial) se intensificó el
comercio y se construyeron potentes murallas.
·
En Creta (Minoico inicial) se configuraron Cnosos y Festos como centros principales, pero sin
estructuras defensivas.
Expansión del Vaso Campaniforme.
|
Hallazgos campaniformes centroeuropeos.
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Vaso campaniforme ibérico (Tipo
Ciempozuelos) del 2º milenio
|
La
introducción del cobre en el resto de Europa está asociada a la extensión de
dos grandes fenómenos, claramente diferenciados pero contemporáneos y, que a
veces, se solapan entre sí: el vaso campaniforme y la cerámica
cordada.
El
complejo del vaso campaniforme fue un fenómeno que afectó a
prácticamente toda la Europa prehistórica (salvo las zonas el este y los
Balcanes), pero de un modo desigual y manteniendo una gran diversidad. Supuso
la expansión de la metalurgia del cobre a las áreas marginales que no conocían
todavía este metal. El objeto más característico de este horizonte son los vasos de cerámica de forma
acampanada, con decoración incisa o impresa cuyos motivos varían en
función de las peculiaridades regionales.
Cuenco campaniforme tipo Ciempozuelos.
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Puñal de lengüeta de cobre.
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Brazal de arquero de piedra.
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Puntas de flecha tipo Palmela.
|
La
cronología del vaso
campaniforme y su
interpretación son controvertidas, habiéndose generado al respecto (y
haciéndolo todavía) abundante literatura. Los últimos datos proporcionados por
la revisión sistemática de las dataciones de Carbono-14 en campaniformes de toda Europa han
permitido establecer que los más antiguos serían los encontrados en el área del
Bajo Tajo, en Portugal, con una cronología que iría
del 2900 al 2500 a. C.24 Según otros autores, su
aparición se situaría, en cambio, sobre el 2400 a. C., desapareciendo
hacia el 1800 a. C.
Las
tumbas asociadas al horizonte campaniforme consisten en fosas individuales en
las que se depositaba el cadáver en posición contraída con un ajuar que suele
constar de la típica cerámica campaniforme y otros objetos no menos
característicos: puñales de lengüeta y leznas biapuntadas, brazaletes de arquero,
puntas de flecha tipo Palmela,
adornos en oro de diversa entidad (diademas, pendientes) y botones de hueso
perforados en V; siempre en contextos funerarios masculinos.
Sección de un Kurgán
calcolítico.
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Interior de un kurgáncal colítico.
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Típica cerámica
cordada.
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Hacha de combate de los kurganes.
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Los
grupos de la cerámica cordada eran originarios, según unos, de las
estepas euroasiáticas y, según otros, de Centroeuropa. Están relacionados con
las lenguas indoeuropeas y se extendieron por toda la Europa
central, nórdica y oriental durante el tercer
milenio a. C.. Son también conocidos como Kurganes de las estepas, del hacha de combate o de los sepulcros individuales. Sus
características principales serían:
·
Los enterramientos individuales, en
una pequeña cámara funeraria semisubterránea en forma de cabaña de madera
cubierta por un túmulo (kurgan). El cadáver era colocado en posición de
decúbito supino, con las piernas dobladas y rociado con ocre rojo.
·
El ajuar característico suele incluir las denominadas cerámicas cordadas (decoradas con impresiones de
cuerdas), las hachas-martillo con enmangue directo (o hachas de combate, que parecen
réplicas en piedra de piezas metálicas sumerias o anatolias), ganado sacrificado y, si el individuo era de alta posición
social, piezas exóticas de clara influencia oriental (vasos y
apliques de plata, adornos repujados de oro y algunos objetos de cobre, entre
otros). Las grandes diferencias entre unos ajuares y otros denotan la
existencia de una clara estratificación social
·
Una economía seminómada y
pastoril, propia de las estepas, que, a pesar de todo, nos ha legado algunos
poblados, como el ucraniano de Mikailovska,
en el bajo Dniéper, de cierta
entidad urbana y con casas rectangulares.
Edad del Bronce en Europa
El bronce es una aleación de cobre y estaño que
tiene las ventajas de que se funde a una temperatura más baja y es mucho más
resistente. Fue conseguido en el Oriente próximo a finales del IV
milenio a. C. y penetró
en Europa a través de una extensa red de vías comerciales que recorrían todo el
continente, comunicando la península ibérica o el mar del Norte con las
civilizaciones orientales, ya plenamente históricas.
Bronce Antiguo
en Europa
Entre los años 1800 a. C. y 1500 a. C., aproximadamente, coincidiendo con la plenitud del mundo minoico, Europa comenzó a participar en las redes comerciales
creadas por la demanda de materias primas por parte de las civilizaciones del
Próximo Oriente y del Egeo. El ámbar del Báltico, el cobre del bajo Danubio y Huelva, el estaño de Cornualles y Galicia, el oro de Irlanda, los metales preciosos de Andalucía y el azabache de Gran
Bretaña, eran intercambiados por armas y herramientas
de bronce, ornamentos de oro y plata, o perlas egipcias de fayenza azul. Entre las culturas
arqueológicas de este periodo destacarían la de Unetice, la de los túmulos armoricanos y la de Wessex. En las islas británicas, durante esta época, siguieron
teniendo gran importancia los santuarios megalíticos denominados «henges», centros cultuales
como el mismo Stonehenge.
La mayor parte de los restos
de esta época son monumentos funerarios de tipo tumular pertenecientes, a juzgar por la alta proporción de armas y la gran riqueza de algunos, a las oligarquías guerreras
locales, que debían conocer el carro de combate y vivían en poblados
fortificados. Los ajuares se componían, fundamentalmente, de los
característicos puñales
triangulares de pomo macizo, las hachas planas y las hachas-maza de combate de bronce; también aparecen ornamentos
metálicos como los brazaletes, las lúnulas o pectorales,
jarras de oro o plata repujados, ámbar y perlas de fayenza egipcias. Algunos
túmulos llegan a ser tan ricos que han motivado su denominación como «tumbas reales»: las de Leki Male (Polonia) y Leubingen (Austria), de los grupos de Unetice; la de Kernonen (Francia), de los Túmulos armoricanos; o la de Bush
Narrow (Inglaterra), perteneciente a Wessex. En ciertas zonas del norte de Italia,
los terrenos pantanosos han preservado multitud de objetos de cuero, piraguas de madera, arcos
de gran tamaño, ruedas de carro y arreos en hueso.
Túmulo funerario del Bronce Antiguo
centroeuropeo.
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Puñal triangular de mango macizo, Bronce
Antiguo.
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Hacha-Maza de combate de la cultura de Unetice.
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Lúnula de oro de la cultura de los Túmulos
armoricanos.
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Bronce Medio en Europa
El Bronce Medio transcurrió, más o menos, entre el 1500 a. C. y el 1200 a. C.,
lo que significa que coincide con el apogeo de la civilización micénica. Destaca en
Centroeuropa la cultura de los
Túmulos, un complejo que derivó de Unetice, con poblados no muy grandes, de
viviendas de madera, edificados sobre colinas de fácil defensa y protegidos por
murallas y fosos. Los enterramientos eran tumulares (de ahí su
denominación), con túmulos más monumentales que en la etapa
anterior, a menudo se agrupaban en grandes necrópolis y la incineración fue cada vez más habitual. En el área
de la península itálica se desarrollaron la cultura
de las Terramaras y la cultura Apenínica, ambas de fuerte
influencia balcánica, así como la cultura
Sícula, más cercana al mundo micénico, que ya había colonizado las Islas Eolias en esa fase.
Una
de las novedades más notables respecto al Bronce antiguo es la aparición de
auténticas espadas con largas hojas y sistemas de
enmangue más efectivos que los remaches: empuñaduras de lengüeta cuyos mangos
son, a veces, ricamente decorados con materiales perecederos (cuero, hueso y
maderas de diversos tonos, que, pueden tener incrustaciones de oro y ámbar) que, afortunadamente, se han
conservado en algunos ejemplares de la zona nórdica. Asimismo aparecen puntas
de lanza tubulares y hachas de talón.
En
lo referente a los adornos metálicos, su variedad es innumerable: brazaletes
espiraliformes, tobilleras, colgantes, alfileres, anillos, pendientes,
pasadores, broches, etc. Mención especial merecen los torques retorcidos irlandeses, que desde su
región originaria, se difundieron por toda Europa, recibiendo el nombre de Torques
de Tara en honor a este
santuario gaélico, la Colina de Tara. Una obra excepcional, que
supera el calificativo de mero ornamento, es el Carro solar de Trundholm (arrojado como ofrenda al fondo de un
pantano en Dinamarca).
Enterramiento en tinaja de la segunda fase de
El Argar.
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Restos de un cráneo con la típica diadema de
plata argárica.
|
Ajuar funerario de una
tumba argárica.
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Copa argárica de Caniles, Granada.
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Bronce final en Europa
·
El Bronce final (aproximadamente 1250 a. C.-725 a. C.)
viene determinado por la aparición y expansión de los campos de urnas por casi todo el continente. El cambio
en el proceso funerario no se produjo de repente ni fue uniforme, detectándose
los primeros indicios de transición en Alta
Baviera(Alemania) poco antes del 1200 a. C. Este cambio ha
sido relacionada a lo largo del tiempo con pueblos de invasores indoeuropeos, a los que algunos
arqueólogos incluso les han adjudicado la autoría de todas las convulsiones que
se produjeron contemporáneamente en el Mediterráneo oriental (caída de Micenas, de los Hititas, ataques de los pueblos del mar a Egipto,
destrucción de Ugarit, etc.).
Actualmente pocos investigadores sostienen que los grupos de los campos de
urnas fueran un ente cultural homogéneo; la opinión generalizada es que se
trató simplemente de una moda que se expandió por Europa debido a préstamos culturales
o, en ciertos casos, a movimientos limitados de pueblos. De hecho, en algunas
regiones el cambio en el comportamiento funerario fue el único que se produjo,
detectándose una clara continuidad con las estrategias económicas y sociales
anteriores. El hecho de que el germen de esta nueva moda ocupe el
mismo espacio geográfico que la cultura
de los túmulos (del Bronce Medio)
y que la de Unetice (del Bronce
Inicial), parece confirmar que realmente existe continuidad cultural. Por otro
lado, el territorio ocupado por los campos de urnas no es unitario, al estar
formado por un conglomerado de culturas locales con particularidades regionales
específicas. Algunas áreas europeas (sur de la península Ibérica, litoral
atlántico y Escandinavia) quedaron al margen.
·
El rito funerario de la cremación,
aunque minoritario, ya era practicado en Europa y en esta fase se generalizó:
tras su incineración, las cenizas
del cadáver eran depositadas en una urna
cineraria y enterrada en un
pequeño foso, junto a otras tumbas, constituyendo así, las extensas necrópolis
que dan nombre a estos grupos. Estas urnas solían ser vasos de cerámica de forma
bicónica, tapados con un cuenco, aunque podían tener formas diversas (a veces,
incluso réplicas en miniatura de casitas de cerámica). En ocasiones, no se
usaba urna. Los ajuares eran pobres en comparación con periodos anteriores y
posteriores; solo en los siglos IX y VIII a. C. reaparecieron las tumbas principescas
con ricos ajuares y complejas estructuras que las distinguían de las demás.
·
Los poblados son muy similares a los del Bronce medio, pero con defensas
reforzadas con terraplenes, empalizadas y recintos amurallados de tapial y
madera; además las puertas adquirieron forma de embudo y se protegían con
torreones. En el interior, casas rectangulares de adobe con tejados de madera y
paja. Suele haber numerosos silos y molinos de vaivén, evidenciando la importancia creciente de la
agricultura frente al
pastoreo, aunque éste sigue siendo fundamental, a juzgar por la abundancia de
restos de ganado bovino, ovino, porcino y equino. Se siguió comerciando con el ámbar y la sal.
Diversos objetos del Bronce final de Rumanía
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Las corazas de Marmesse, halladas en Francia
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«Fíbula de anteojos» del Bronce final ibérico
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Brazalete en espiral del Bronce final de
Ucrania
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La cultura material incluye los primeros objetos de vidrio, seguramente incorporados del Próximo Oriente, y los
grandes recipientes de bronce
batido o repujado, con formas muy diversas y alejadas de los estereotipos
orientales; entre ellos se encuentran las sítulas (que tanto predicamento tuvieron en la posterior Edad del
Hierro), a veces con una ornamentación muy sofisticada y que se convirtieron en
objetos de intercambio muy apreciados, cuya función era sin duda ceremonial. Otros elementos ornamentales comunes fueron los torques, losbrazaletes de costilla, y las fíbulas, de diversos modelos,
como las llamadas «de
anteojos» (por el gran tamaño
de su doble espiral). Entre las armas,
hay una enorme variedad: las puntas de flecha de sílex fueron definitivamente
sustituidas por otras de bronce; se siguieron utilizando hachas de combate, con
talón y anillas, alabardas, lanzas; aparecieron armas defensivas como las
corazas, los escudos y los cascos. Los modelos más representativos de espada fueron las de puño macizo con la
guarda en U, bien con un
gran pomo discoide o bien rematadas en antenas. La hoja solía ser biselada, a
veces con rica decoración, y con silueta pistiliforme.
·
El Bronce final atlántico es poco conocido: se da la paradoja de
que apenas se han excavado asentamientos o necrópolis, y, en cambio, abundan
los llamados escondrijos (o zulos de objetos de bronce destinados al
refundido) donde se han localizado piezas de una factura casi perfecta. Los
objetos más apreciados debieron ser las espadas,
al principio pistiliformes y al final con hoja en lengua de carpa. En el sur de
lasislas Británicas se han
descubierto varios poblados y, entre ellos, destaca el de Itford Hill (Inglaterra), situado en un
emplazamiento elevado, con varias empalizadas defensivas que protegían una
serie desordenada de viviendas de madera y barro, de planta circular. Las
necrópolis evidencian la adopción de la cremación, con las cenizas depositadas
en urnas cinerarias o directamente en el suelo de pequeños fosos bajo túmulo.
En las regiones escandinavas
también se adoptó la incineración como ritual funerario y apareció una
industria metalúrgica más diversa y original que en la zona atlántica. A la
gran variedad de armas, hay que añadir los objetos de tocador (navajas de
afeitar, pinzas, alfileres), los vasos de bronce batido con ruedas (seguramente
votivos o ceremoniales, como el de Skallerup),
los conos de oro repujado que se exportaron por toda Europa (tal es el caso del
de Aventon, aparecido en
Francia, pero elaborado en talleres escandinavos), las trompas de chapa de
bronce y las fíbulas, casi siempre de
anteojos. Los poblados encontrados son mucho más abundantes que en el
Atlántico y estaban protegidos por defensas naturales y/o artificiales. De esta
época son la mayoría de los petroglifos de los roquedos de Noruega y Suecia,
en las regiones de Escania y Uppsala, destacando la zona de Tanum (declarada Patrimonio de la Humanidad).
El cono de Aventon (Francia).
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Trompas de oro repujado (Dinamarca).
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Reconstrucción de una vivienda (Suecia).
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Petroglifos de Tanum (Suecia).
|
·
El mosaico cultural de la península Ibérica fue fruto de la convergencia de
diversas tradiciones:
En el nordeste de la Península penetró la moda de los campos de
urnas, que, con el tiempo, siguió una evolución independiente, abarcando Cataluña y el bajo Aragón. Se conocen mejor las
necrópolis que los poblados, destacando el de La
Pedrera de Vallfogona (Balaguer, Lérida).
En el noroeste se da una evolución similar a la de
Bretaña y las islas Británicas, al menos en lo que se refiere a los elementos
materiales de la cultura. Hay una clara escasez de lugares de hábitat y
abundancia de objetos de bronce: hachas de talón y anillas, calderos de chapa
de tradición irlandesa, recipientes de oro batido con motivos típicamente
escandinavos. Las espadas eran pistiliformes al principio y de lengua de carpa al final.
En el sur se produjo un cierto estancamiento
respecto al periodo argárico. Destacan la cerámica
de retícula bruñida (con
barniz rojo, bruñida y decorada por dentro con motivos reticulados) y los
enterramientos en cista, sin ajuar, cubiertos con lajas decoradas denominadas estelas extremeñas (en ellas se representa
esquemáticamente al difunto con diversos objetos como armas, broches, espejos e
incluso carros). El ámbito ocupado por ambos elementos coincide a grandes
rasgos con lo que luego será el territorio de Tartessos.
Edad del Hierro en Europa
Se
llama Edad del Hierro al período en que se desarrolló la metalurgia del hierro, metal más duro que la
aleación de bronce y uno de los elementos más abundantes de nuestro planeta.
Los primeros artefactos de hierro fundido datan del
III milenio a. C. y fueron hallados en Anatolia. A Europa
comenzaron a llegar a partir del 1200 a. C.,
durante el Bronce Final.
A
pesar de que los minerales de hierro son muy abundantes, su siderurgia requiere una tecnología compleja y
diferente a la de otros metales conocidos por entonces (refinado, fundido,
forjado y templado), lo que obstaculizó su difusión: durante muchos siglos el
hierro fue más un objeto de prestigio que una materia prima utilizada en
herramientas de uso habitual, por lo que el bronce no fue desbancado
rápidamente. El hierro no se generalizó en Europa hasta, aproximadamente, el
año 800 a. C. y en la mayor parte del continente
esta fase finalizaría con la romanización.
Excepto en el norte de Alemania y en Escandinavia,
donde persistió representada en las culturas de Jastorf y vikinga,
respectivamente (los vikingos hasta alrededor del año 1000 de
nuestra era).
En el resto de Europa este
periodo suele dividirse en dos
grandes fases:
La cultura de Hallstatt (800 - 450 a. C.) o Primera Edad del Hierro en Europa Central, Francia y los Balcanes, es considerada heredera de los campos de urnas. Esta sociedad
estaba dirigida por unas aristocracias guerreras reflejadas claramente en la
riqueza de sus tumbas: algunas, por su contenido y su estructura, resultan
claramente principescas, con ricos ajuares depositados en grandes cámaras
mortuorias de madera. En éstas, el rito funerario predominante fue el de la
inhumación bajo túmulo, que se fue imponiendo paulatinamente sobre la
incineración, aunque ésta siguió siendo habitual en las zonas periféricas
(donde suele hablarse de campos
de urnas tardíos). Al principio el uso del hierro era minoritario, pero a
partir del siglo
VII a. C. se fue generalizando. Estos grupos mantenían contactos
comerciales con el Mediterráneo y con las estepas del este europeo, haciendo,
posiblemente, de intermediarios en el comercio del ámbar y el estaño con el
mundo mediterráneo.
Espadas hallstátticas con contrapeso en el pomo
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Collar hallstáttico de ámbar báltico
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Urna cineraria con rostro humano (Italia).
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Necrópolis hallstáttica de inhumación con ajuar
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La cultura de La Tène (450 a. C. hasta la conquista romana) o Segunda Edad del Hierro en Centroeuropa, Francia, norte de
España e Islas británicas. El hierro se había generalizado y la economía
diversificado, naciendo lo que se ha denominado cultura céltica. Los asentamientos estaban fortificados
y la complejidad de algunos de ellos es propia de centros proto-urbanos (que
los romanos denominaban oppidum),
con una estratificación social bien diferenciada, cuya cúspide ocupaba la
nobleza guerrera. Estos aristócratas gustaban de ser inhumados en grandes
tumbas con ajuares muy ostentosos que incluyen carros de guerra, adornos,
joyas, armas y grandes vasos de cerámica importados de Grecia y Etruria. La tumba de la princesa de Vix es el mejor ejemplo.
Máxima expansión del mundo céltico
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Cabeza de guerrero de Glauberg (Alemania).
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Crátera de la Tumba de Vix (Francia).
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Caldero de plata de Gundestrup (Dinamarca).
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Prehistoria en América
La teoría más aceptada es
que el poblamiento humano de América se produjo desde Siberia a través del estrecho
de Bering. La fecha está sujeta a controversia: unos
creen que solo hay pruebas para afirmar que los seres humanos llegaron hace unos 16 000
años; otros apuntan a un poblamiento más temprano, entre 70 000 y 45 000 años antes del presente (AP); finalmente, hay un grupo que apunta a fechas todavía
más antiguas que el 75 000 AP.
En
cualquier caso, el aislamiento de América respecto a otros continentes fue casi
absoluto (aunque se sabe que hubo varias migraciones a lo largo de la
Prehistoria), lo que justifica que no se emplee la periodización tradicional,
sino otra específica adecuada a la realidad arqueológica de este continente. En1958, los arqueólogos Gordon
Willey y Philip Phillips propusieron las siguientes etapas:
Periodo Lítico o
Paleoindio
Podría
equipararse al Paleolítico
Superior europeo, comprende desde
la llegada de los primeros americanos (con una fecha variable, según el
paradigma teórico defendido) hasta el comienzo del Holoceno. Dentro de este periodo hay
dos fases:
·
Fase de cazadores-recolectores
indiferenciados: caracterizado por una industria lítica arcaizante (cantos tallados, lascas
musteroides, bifaces...); los restos son muy escasos pero pueden ponerse
ejemplos datados por encima de los 30 000 años de antigüedad en todo el
continente, desde Topper (en Estados Unidos) hasta Pedra Furada (en Brasil),
pasando por Tlapacoya (en México) o Monte Verde II (en Chile).
·
Fase de las Puntas de proyectil: Estaríamos ante una cultura de tecnología lítica muy avanzada y
con una economía basada en la caza de piezas de mediano y gran tamaño. Aparece
hace unos 13 000 años y se caracteriza por diversos tipos de puntas de
lanza foliáceas finamente elaboradas, las más famosas son las de la cultura Clovis (Nuevo México), aunque,
por supuesto, hay muchas más. A destacar, por situación geográfica, la Cueva Fell (en Tierra
del Fuego, Chile), cuyas puntas,
llamadas de «cola de pescado»,
se datan en el 7000 a. C.
Periodo Arcaico
Arcaico Temprano
Hacia el VIII
milenio a. C., a finales de la última glaciación, los
antiguos americanos comienzan a experimentar con el cultivo de plantas y la
cría de animales, iniciando un largo proceso hacia las primeras poblaciones
sedentarias. Esta transición fue más en el centro- noroeste del Perú y en el sur de México (las dos zonas
nucleares fundamentales de América).
También aparecen los primeros poblados estables y numerosas culturas que viven
de la explotación intensiva de recursos oceánicos, cuyos restos más típicos son
los concheros, grandes montones de desperdicios de conchas de moluscos. Progresivamente, las comunidades van dependiendo más y más del
producto de la agricultura, la ganadería y de la pesca.
Arcaico Tardío
La
sedentarización se sigue de un proceso de jerarquización de las comunidades,
apareciendo hacia el IV milenio a. C. las primeras jefaturas
extra-familiares que se van consolidando lentamente en autoridades políticas permanentes de pueblos que forman
grandes rutas de intercambio económico por medio del conocimiento de la
astronomía y los ciclos agrícolas.
Concretamente
en los Andes sobresale la cultura de Caral (Perú), con una fecha inicial superior
al 2600 a. C.
Periodo
Formativo
Sería el equivalente a la Protohistoria europea, pero más dilatada; inmediatamente después de esta
fase aparecen las primeras formas de escritura y las grandes civilizaciones
clásicas como la de los Mayas o los Moche. Evidentemente, destaca por novedades como la agricultura,
la ganadería, la cerámica... Entre los 4000 a. C. y el comienzo de nuestra era. También se produce la aparición
de las primeras sociedades jerarquizadas con formas de gobierno relativamente
complejas; de hecho, hay grandes civilizaciones como la de los Olmecas en Mesoamérica y la Cultura
Chavín en Sudamérica, que llegan a dominar extensos territorios y a construir
importantes centros urbanos en torno a santuarios dedicados al Dios Jaguar.
Otras culturas reseñables son las de los Anasazi y sus similares (Arizona), así como los constructores
de Montículos de Norteamérica.
Umbral de la
historia americana
En América, la utilización
de cobre nativo se remonta hacia el 900 a. C.; poco después comienza una metalurgia auténtica, basada en cobre y, sobre todo, oro y plata.
El bronce no aparece hasta poco antes del año 900.
El hierro no se conoció hasta la llegada de los europeos.
Arriba se explica que durante las fases finales de los olmecas, al comenzar
nuestra era, nació la escritura en Mesoamérica: estaríamos, pues, entrando ya
en la Historia. Esto se corrobora con el hallazgo reciente de ciertos objetos
extraídos de zonas donde tuvieron lugar asentamientos olmecas (Tabasco y
Veracruz, México) cuya datación mediante el carbono 14 sitúa su origen
alrededor del año 900 a. C. Estos elementos presentan glifos que, por sus
características, han permitido suponer que el sistema de símbolos empleados fue
la base de la escritura maya, que alcanzó su mayor perfeccionamiento entre el 200 y el 900 d. C.
EVOLUCIÓN
HUMANA
La evolución humana (u hominización) explica el proceso de evolución
biológica de la especie humana desde sus
ancestros hasta el estado actual. El estudio de dicho proceso requiere un
análisis interdisciplinar en el que se aún en conocimientos procedentes de
ciencias como la genética, la antropología
física, la paleontología, la estratigrafía, la geo
cronología, la arqueología y la lingüística.
El término humano, se refiere a los individuos
del género Homo. Los estudios
de la evolución humana incluyen otros homininos, como Ardipithecus, Australopithecus, etc. Los
científicos han estimado que las líneas evolutivas de los seres humanos y de
los chimpancés se separaron hace entre 5 y 7 millones de años. A partir de esta
separación la estirpe humana siguió ramificándose originando nuevas especies,
todas extintas actualmente a excepción del Homo
sapiens.
ASPECTOS GÉNETICOS DE LA
EVOLUCIÓN HUMANA
Al analizar el genoma humano se ha
descubierto que en su proceso evolutivo hay varios hechos que destacar.
Al realizar un
mapeo del genoma humano actual,
se observa que Homo sapiens
comparte casi el 99% de los genes con el chimpancé
y con el bonobo. Para mayor precisión, el genoma de cualquier
individuo de nuestra especie tiene una diferencia de sólo el 0,27% respecto al
genoma de Pan troglodytes (chimpancés) y
de 0,65% respecto al genoma de los gorilas.
A partir del
análisis genético, igualmente se ha postulado que en la genealogía humana habría
habido introgresión. Ejemplo de
ello, el cromosoma
Y actual más antiguo (cromosoma-Y A00), el cual se remontaría hasta los Homo
sapiens arcaicos (hace unos 340.000 años aprox) También destaca el
descubrimiento de la existencia de hibridación con otras
especies homínidas más antiguas, tales como el Homo neanderthalensis (de un 1% a un
4% de genes neandertales), y con el Homínido
de Denisova (la población local que vive actualmente en Papúa Nueva
Guinea, en el Sudeste Asiático, le debe al menos el 3 % de su genoma a los
Homínidos de Denisova).
Igualmente
destaca que los retrovirus
endógenos humanos (HERV) (Secuencia
de ADN derivado de virus pertenecientes al grupo de
los retrovirus) comprenden
una parte significativa del genoma humano. Con aproximadamente 98.000
fragmentos y elementos ERV, estos componen casi el 8% del genoma actual del ser
humano; los cuales el ser humano ha adquirido en diferentes periodos temporales
de su evolución.
ETAPAS EN LA LÍNEA EVOLUTIVA HUMANA
LOS PRE-AUSTRALOPITECINOS
Los primeros
posibles homínidos bípedos (homininos) son:
·
Sahelanthropus tchadiensis (con una
antigüedad de 7 millones de años y encontrado en el Chad).
·
Orrorin tugenensis (con unos 6
millones de años y hallado en África Oriental).
·
Ardipithecus (entre 5,5-4,5
millones de años y encontrado en la misma región).
Los fósiles de estos homínidos son escasos y
fragmentarios y no hay acuerdo general sobre si eran totalmente bípedos. No
obstante, tras el descubrimiento del esqueleto casi completo apodado Ardi, la forma de
la parte superior de la pelvis indica que era
bípedo y que caminaba con la espalda recta, pero la forma del pie, con el dedo gordo dirigido hacia
adentro (como en las manos) en vez de ser paralelo a los demás, indica que
debía caminar apoyándose sobre la parte externa de los pies y que no podía
recorrer grandes distancias.
RECONSTRUCCIÓN
DE AUSTRALOPITHECUS AFARENSIS.
Los primeros
homínidos son los miembros del género Australopithecus, de los que se
han conservado esqueletos muy completos (como el de la famosa Lucy).
Este tipo de hominino
prosperó en las sabanas arboladas del
este de África entre 4 y 2,5
millones de años atrás con notable éxito ecológico, como lo demuestra la
radiación que experimentó, con al menos cinco especies diferentes
esparcidas desde Etiopía y el Chad hasta Sudáfrica.
Su desaparición
se ha atribuido a la crisis climática que se inició hace unos 2,8 millones de
años y que condujo a una desertificación de la sabana con la consiguiente
expansión de los ecosistemas abiertos, esteparios, algunos Australopithecus se especializaron en
la explotación de productos vegetales duros y de escaso valor nutritivo,
desarrollando un impresionante aparato masticador, originando al Paranthropus; otros Australopithecus se hicieron
paulatinamente más carnívoros, originando a los primeros Homo.
RECONSTRUCCIÓN
DE HOMO HABILIS
No se sabe con
certeza qué especie originó los primeros miembros del género Homo; se han propuesto a A. africanus, A. afarensis y A. garhi, pero no hay un acuerdo general.
También se ha sugerido que Kenyanthropus platyops pudo ser el
antepasado de los primeros Homo.
Se ha sugerido
que Australopithecus ghari,
hace 2,5 millones de años fue capaz de fabricar herramientas. Las primeras
herramientas eran muy simples y se encuadran en la industria
lítica conocida como Olduvayense o Modo 1. De
esta fase se ha descrito dos especies, Homo
rudolfensis y Homo
habilis, que habitaron África Oriental entre 2,5 y
1,8 millones de años atrás.
EL POBLAMIENTO DE EURASIA
Distribución
geográfica y temporal del género Homo.
Otras interpretaciones difieren en la taxonomía y distribución geográfica.
Morfológicamente
es muy similar a Homo erectus y en ocasiones
se alude a él como Homo erectus
africano. Se supone que fue el primero de nuestros antepasados en abandonar
África; se han hallado fósiles asimilables a H. ergaster (o tal vez a Homo
habilis) en Dmanisi (Georgia), datados en
1,8 millones de años de antigüedad y que se han denominado Homo
georgicus.
Esta primera
migración humana condujo a la diferenciación de dos linajes descendientes de Homo ergaster:
·
Homo erectus en Extremo Oriente (China, Java).
·
Homo
antecessor/Homo
cepranensis en Europa (España, Italia).
Por su parte, los miembros de H. ergaster que permanecieron en
África inventaron un modo nuevo de tallar la piedra, más elaborado, denominado Achelense o Modo 2 (hace
1,6 ó 1,7 millones de años –
Homo erectus pobló Asia Oriental hasta hace solo unos 50.000 años
(yacimientos del río
Solo en Java) y que pudo diferenciar especies independientes
en condiciones de aislamiento, como Homo
floresiensis de la Isla
de Flores (Indonesia). En Europa se
tiene constancia de la presencia humana desde hace casi 1 millón de años (Homo
antecessor), pero se han hallado herramientas de piedra más
antiguas no asociadas a restos fósiles en diversos lugares.
Los últimos
representantes de esta fase de nuestra evolución son Homo heidelbergensis en Europa, en
la línea evolutiva de los neandertales, y Homo
rhodesiensis en África que sería el antepasado del hombre moderno.
NUEVOS ORÍGENES EN ÁFRICA
La fase final
de la evolución de la especie humana está presidida por tres especies humanas
inteligentes, que durante un largo periodo convivieron y compitieron por los
mismos recursos. Hombre de Neanderthal (Homo neanderthalensis), la especie
del homínido
de Denisova y el hombre moderno (Homo
sapiens).
El Hombre de
Neanderthal surgió y evolucionó en Europa y Oriente Medio hace unos
230.000 años, presentando claras adaptaciones al clima frío de la época
(complexión baja y fuerte, nariz ancha).
El homínido de
Denisova vivió hace 40.000 años en los montes Altai y
probablemente en otras áreas en las cuales también vivieron neandertales y
sapiens. El análisis del ADN mitocondrial indica un
ancestro femenino común con las otras dos especies hace aproximadamente un
millón de años. La secuencia de su genoma ha revelado
que habría compartido con los neandertales un ancestro hace unos 650.000 años.
Los fósiles más
antiguos de Homo sapiens datan
de hace unos 200.000 años (Etiopía). Hace unos
90.000 años llegó al Próximo Oriente donde se
encontró con el Hombre de Neanderthal que huía hacia el sur de la glaciación
que se abatía sobre Europa
El neandertal
coexistió con el Homo sapiens y
quizá terminó extinguido por la competencia con nuestra especie. Si existió
algún mestizaje entre ambas especies, el aporte a la especie humana actual ha
sido, en lo genético, inferior al 5% .En cuanto al llamado Hombre
de Cro-Magnon corresponde a las poblaciones de Europa Occidental de la
actual especie Homo sapiens.
HOMO SAPIENS
ORIGEN DE LOS HUMANOS MODERNOS
Los parientes
vivos más cercanos a nuestra especie son los grandes simios: el gorila, el chimpancé, el bonobo y el orangután.
Los fósiles más
antiguos de Homo sapiens tienen
una antigüedad de casi 200.000 años y proceden del sur de Etiopía (formación Kibish del río
Omo), considerada como la cuna de la humanidad .A estos
restos fósiles siguen en antigüedad los de Homo sapiens idaltu, con unos
160.000 años.
BIOCRONOLOGÍA DE HOMININA
|
Otros indicios
derivados de muy recientes investigaciones sugieren que la de por sí exigua
población de Homo sapiens hace
unos 74.000 años se redujo al borde de la extinción al producirse el estallido
del volcán Toba, según la Teoría
de la catástrofe de Toba, volcán ubicado en la isla de Sumatra, cuyo
estallido ha dejado como rastro el lago Toba. Tal
erupción-estallido tuvo una fuerza 3.000 veces superior a la erupción del Monte Santa Helena en 1980.
Esto significó
que gran parte del planeta se vio cubierto por nubes de ceniza volcánica que
afectaron negativamente a las poblaciones de diversas especies incluidas la
humana. Según esta hipótesis llamada entre la comunidad científica Catástrofe
de Toba, la población de Homo
sapiens (entonces toda en África; la primera migración fuera de África
fue en torno al año 70.000 ac) se habría reducido a sólo alrededor de 1000
individuos.
MIGRACIONES
PREHISTÓRICAS DE HOMO SAPIENS
MIGRACIONES HUMANAS PREHISTÓRICAS
Junto a los
hallazgos arqueológicos, los principales indicadores de la expansión del ser
humano por el planeta son el ADN mitocondrial y el cromosoma Y, que son
característicos de la descendencia por línea materna y paterna respectivamente.
Los humanos ya
habrían comenzado a salir de África unos 90.000 años antes del presente;
colonizando para esas fechas el Levante
mediterráneo (Estos restos fósiles han sido atribuibles a tempranos Homo sapiens, pero su relación real
con los humanos modernos es muy discutible).
·
Australia y Nueva
Guinea: La llegada de humanos a Australia se data hace unos
50.000 años cuando pudieron fabricar rústicas almadías o balsas de juncos para
atravesar el estrecho que separaba a Sahul de la región
de la Sonda.
·
Europa: comenzó a ser colonizada hace sólo unos 40.000 años, se
supone que durante milenios el desierto de Siria resultaba una
barrera infranqueable desde África hacia Europa. La expansión por Europa
coincide con la extinción de su coetáneo de entonces, el hombre
de Neandertal.
·
Oceanía: la
colonización de estas islas más próximas a Eurasia se habría iniciado hace unos
50.000 años, pero la expansión por esta MUG (macro-unidad
geográfica) fue muy lenta y gradual, y hace unos 5.000 años pueblos austronesios comenzaron una
efectiva expansión por Oceanía.
·
América: la llegada
del hombre a América, se habría iniciado hace unos 20.000 o, al menos, 15.000
años. Durante las glaciaciones el nivel de los océanos desciende al grado que
el "Viejo Mundo" y el "Nuevo Mundo" forman un mega continente
unido por el Puente
de Beringia.
CAMBIOS EVOLUTIVOS
ASPECTOS MORFOLÓGICOS
DIFERENCIAS CON OTROS PRIMATES
Cuando los
ancestros del Homo sapiens y
otros muchos primates vivían en selvas comiendo frutos, bayas y hojas,
abundantes en vitamina
C, pudieron perder la capacidad genética, que tiene la mayoría de los
animales, de sintetizar en su propio organismo tal vitamina. Todos los cambios
reseñados han sucedido en un periodo relativamente breve (aunque se mida en
millones de años), esto explica la susceptibilidad de nuestra especie a
afecciones en la columna vertebral y en la circulación sanguínea y linfática.
CEREBRACIÓN
La cerebración
tanto como la corticalización son fenómenos biológicos muy anteriores a la
aparición de los homínidos, sin embargo en éstos, y en especial en Homo sapiens, la cerebración y la
corticalización adquieren un grado superlativo.
El cerebro de Homo sapiens, en relación a la masa
corporal, es uno de los más grandes. Más llamativo es el consumo de energía metabólica
(por ejemplo, la producida por la "combustión" de la glucosa) que
requiere el cerebro: un 20% de toda la energía corporal, y aun cuando la
longitud de los intestinos humanos evidencian los problemas que se le
presentan.
En Homo sapiens el volumen oscila entre
los 1.200 a 1.400 cm3, siendo el promedio global actual de 1.350 cm3;
sin embargo no basta un incremento del volumen, sino cómo se dispone; esto es:
cómo está dispuesta la "estructura" del sistema
nervioso central y del cerebro en particular.
Por término medio, los Homo neanderthalensis pudieron haber tenido un cerebro de mayor
tamaño que el de nuestra especie, pero la morfología de su cráneo demuestra que
la estructura cerebral era muy diferente: con escasa frente, los
neandertalenses tenían poco desarrollados los lóbulos frontales y, en
especial, muy poco desarrollada la corteza
prefrontal. El cráneo de Homo
sapiens no sólo tiene una frente prominente sino que es también más alto
en el occipucio (cráneo muy
abovedado), esto permite el desarrollo de los lóbulos frontales. De todos los
mamíferos, Homo sapiens es el
único que tiene la faz ubicada bajo los lóbulos frontales.
El aumento del
cerebro y su especialización permitió la aparición de la llamada
lateralización, o sea, una diferencia muy importante entre el hemisferio
izquierdo y el hemisferio
derecho del cerebro. El hemisferio izquierdo tiene desarrollado
en su corteza áreas específicas que posibilitan el lenguaje simbólico basado en
significantes acústicos: el área
de Wernicke y el área de Broca.
Es casi seguro
que ya hace 200.000 años los sujetos de la especie Homo sapiens tenían un potencial intelectual equivalente al de
la actualidad, pero para que se activara tal potencial tardaron milenios: el
primer registro de conducta artística conocido se data hace sólo unos 75.000
años, los primeros grafismos y expresiones
netamente simbólicas fuera del lenguaje hablado se datan hace sólo entre 40.000
y 35.000 años. Las primeras escrituras ("
memoria segunda" como bien les llamara Roland Barthes) datan de hace
entre 5.500 ó 5.000 años, en el Valle del Nilo ó en la Mesopotamia asiática.
BIPEDESTACIÓN
Los Homininos, primates
bípedos, habrían surgido hace unos 6 ó 7 millones de años en África, cuando dicho continente se encontró
afectado por una progresiva desecación que redujo las áreas de bosques y selvas. Como
adaptación al bioma de sabana aparecieron primates capaces de
caminar fácilmente de modo bípedo y mantenerse
erguidos (East
Side Story;).
Más aún, en un
medio cálido y con fuerte radiación ultravioleta e infrarroja algunas de las
mejores soluciones adaptativas son la marcha bípeda y la progresiva reducción
de la capa pilosa, lo que evita el excesivo recalentamiento del cuerpo. Para
lograr la postura y marcha erecta han tenido que aparecer importantes
modificaciones:
- Cráneo. Para permitir la bipedestación, el foramen magnum (u
orificio occipital por el cual la médula espinal pasa del cráneo a la raquis) se
ha desplazado casi hacia la base del mismo.
- Columna vertebral. La columna vertebral bastante
rectilínea en los simios, en el Homo
sapiens y en sus ancestros bípedos ha adquirido curvaturas que
permiten soportar mejor el peso de la parte superior del cuerpo, tales
curvaturas tienen un efecto "resorte". Por lo demás la columna
vertebral ha podido erguirse casi 90º a la altura de la pelvis.
- Pelvis. La
pelvis se ha debido ensanchar, lo cual ha sido fundamental en la evolución
de nuestra especie. Los huesos ilíacos de la región pelviana en los Homo sapiens (e inmediatos
antecesores) "giran" hacia el interior de la pelvis, esto le
permite soportar mejor el peso de los órganos al estar en posición recta.
- Piernas. También para la bipedestación ha habido otros
cambios morfológicos muy importantes y evidentes, particularmente en los
miembros y articulaciones. Los miembros inferiores se han
robustecido, el fémur humano se inclina hacia adentro,
de modo que le posibilita la marcha sin necesidad de girar casi todo el
cuerpo; la articulación de la rodilla se ha vuelto casi omnidireccional
(esto es, puede moverse en diversas direcciones).
- Pies. En los
humanos los pies se han
alargado, particularmente en el talón, reduciéndose algo los dedos del pie y dejando de
ser oponible el "pulgar" del
pie (el dedo mayor), en líneas generales el pie ha perdido casi totalmente la capacidad de
aprehensión. El dedo mayor del pie tiene una función vital para lograr el
equilibrio de los homininos durante la
marcha y la postura erecta.
VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE LA BIPEDESTACIÓN
Es evidente que
la gran cantidad de modificaciones anatómicas que condujeron del cuadrupedismo
al bipedismo requirió una fuerte presión selectiva. Se ha notado que ningún
otro animal de los que se adaptaron a la sabana al final de Mioceno desarrolló una
marcha bípeda. La marcha bípeda pudo ser muy eficaz en estas condiciones ya
que:
- Permite
otear el horizonte por encima de la vegetación herbácea en busca de
árboles o depredadores.
- Permite
transportar cosas (como comida, palos, piedras o crías) con las manos,
liberadas de la función locomotora.
- Es más
lenta que la marcha cuadrúpeda, pero es menos costosa energéticamente, lo
que debería ser interesante para recorrer largas distancias en la sabana,
o en un hábitat más pobre en recursos que la selva.
- Expone
menos superficie al sol y permite aprovechar la brisa, lo que ayuda a no
recalentar el cuerpo y ahorrar agua, cosa útil en un hábitat con escasez
del líquido elemento.
Hace años se
argumentó que la liberación de las manos por parte de los primeros homínidos
bípedos les permitió elaborar armas de piedra para cazar, lo cual habría sido
el principal motor de nuestra evolución. Hoy está claro que la liberación de
las manos (que se produjo hace más de 4 millones de años) no está ligada a la
fabricación de herramientas, que aconteció unos 2 millones de años después, y que
los primeros homininos no eran cazadores y que a lo sumo comían carroña
esporádicamente.
LIBERACIÓN DE LOS MIEMBROS SUPERIORES
La postura
bípeda dejó libres los miembros superiores que ya no tienen que cumplir la
función de patas (excepto en los niños muy pequeños) ni la de braquiación, es decir, el
desplazamiento de rama en rama con los brazos, aun cuando la actual especie
humana, de la cintura hacia arriba mantenga una complexión de tipo arborícola.
Esta liberación
de los miembros superiores fue, en su inicio, una adaptación óptima al bioma de
sabana; al marchar bípedamente y con los brazos libres, los ancestros del
hombre podían recoger más fácilmente su comida; raíces, frutos, hojas,
insectos, huevos, reptiles pequeños, roedores y carroña; en efecto, muchos
indicios hacen suponer como probable que nuestros ancestros fueran en gran
medida carroñeros y, dentro del carroñeo, practicaran la modalidad llamada cleptoparasitismo, esto es,
robaban las presas recién cazadas por especies netamente carnívoras; para tal
práctica, nuestros ancestros debían haber actuado en bandas, organizadamente.
VISIÓN
El humano
hereda de los prosimios la visión
estereoscópica y pancromática (la capacidad de ver una amplia tonalidad de los
colores del espectro visible); los ojos en la parte
delantera de la cabeza posibilitan la visión estereoscópica (en tres
dimensiones), pero si esa característica surge en los prosimios como una
adaptación para moverse mejor durante la noche o en ambientes umbríos como los
de las junglas, en Homo sapiens tal función cobra otro
valor; facilita la mirada a lontananza, el otear horizontes, en este aspecto la
visión es bastante
más aguda en los humanos que en los otros primates y en los prosimios.
ESPECIALIZACIÓN
Gran parte de
las especies animales ha logrado algún tipo de especialización anatómica (por
ejemplo los artiodáctilos poseen pezuñas que les
permiten correr en las llanuras despejadas), pero las especializaciones, si
suelen ser una óptima adaptación a un determinado bioma, conllevan el
riesgo de la desaparición de la especie especializada y asociada a tal bioma si éste se
modifica.
La ausencia de
tales especializaciones anatómicas ha facilitado a los humanos una
adaptabilidad inusitada entre las demás especies de vertebrados para adecuarse
a muy diversas condiciones ambientales.
Homo sapiens tiene características neoténicas, la estructura
craneal de un Homo sapiens
adulto se aproxima más a la de la cría de un chimpancé que a la de un chimpancé
adulto: el rostro es achatado ("ortognato" o de "bajo índice
facial") y es casi inexistente el torus
supraorbitario (en la humanidad actual apenas se encuentran vestigios de torus en las poblaciones llamadas
australoides). Homo sapiens es,
por su anatomía, un animal muy vulnerable si se encuentra en condiciones
naturales.
Asociado al
hecho por el cual morfológicamente el ser humano tenga características que le
aproximan a las de un chimpancé "niño" se encuentra el 'ortognatismo'
y esto quiere decir, entre otras cuestiones, que los dientes de Homo sapiens son relativamente
pequeños y poco especializados, las mandíbulas, por esto, se
ha abreviado y hecho más delicadas, falta además el diastema o espacio en
donde encajan los colmillos
ASPECTOS CULTURALES
APARICIÓN DEL LENGUAJE
SIMBÓLICO
EVOLUCIÓN DEL LENGUAJE
Hablar de la
aparición del lenguaje humano,
lenguaje simbólico, por lógica parecería implicar que hay que hablar
previamente de la cerebración,
y eso es bastante cierto, pero el lenguaje humano simbólico tiene sus
antecedentes en momentos y cambios morfológicos que son previos a cambios
importantes en la estructura del sistema
nervioso central. Por ejemplo, los chimpancés pueden
realizar un esbozo primario de lenguaje simbólico basándose en la mímica (de un modo
semejante a un sistema muy simple de comunicación para sordomudos).
El lenguaje
simbólico por excelencia es el basado en los significantes acústicos, y
para que una especie tenga la capacidad de articular sonidos discretos, se
requieren más innovaciones morfológicas, algunas de ellas muy probablemente
anteriores al desarrollo de un cerebro lo suficientemente complejo como para
pensar de modo simbólico.
La oro faringe y la laringe: en los mamíferos, a excepción
del humano, la laringe se encuentra en la parte alta de la garganta, de modo que
la epiglotis cierra la tráquea de un modo
estanco al beber e ingerir comida. En cambio, en Homo sapiens, la laringe se ubica más abajo, lo que permite a
las cuerdas
vocales la producción de sonidos más claramente diferenciados y
variados, pero al no poder ocluir completamente la epiglotis, la respiración y
la ingesta deben alternarse para que el sujeto no se ahogue. El acortamiento
del prognatismo que se
compensa con una elevación de la bóveda palatina facilita el
lenguaje oral. Otro elemento de relevante importancia es la posición y estructura
del hioides, su gracilidad
y motilidad permitirán un lenguaje oral lo suficientemente articulado.
Estudios
realizados en la Sierra
de Atapuerca (España) evidencian
que Homo antecessor, hace unos
800.000 años, ya tenía la capacidad, al menos en su aparato fonador, para
emitir un lenguaje oral lo suficientemente articulado como para ser considerado
simbólico.
Además de todas
las condiciones recién mencionadas, imprescindibles para la aparición de un
lenguaje simbólico, se debe hacer mención de la aparición del gen FOXP2 que resulta
básico para la posibilidad de tal lenguaje y del pensamiento simbólico, como se
verá a continuación.
Tabla comparativa de las diferentes especies del género Homo
Los nombres
en negrita indican la existencia de numerosos registros fósiles.
Especies
|
Cronología
(cron)
|
Distribución
|
Altura
de adulto (m)
|
Masa
de adulto (kg)
|
Volumen
craneal (cm³)
|
Registro
fósil
|
Descubrimiento
/
publicación del nombre |
H. habilis
|
2.5–1.4
|
África oriental
|
1.0–1.5
|
30–55
|
600
|
Varios
|
1960/1964
|
H. rudolfensis
|
1.9
|
Kenia
|
1 cráneo
|
1972/1986
|
|||
H. georgicus
|
1.8–1.6
|
Georgia
|
600
|
Escasos
|
1999/2002
|
||
H. ergaster
|
1.9–1.25
|
Este y Sur de África
|
1.9
|
700–850
|
Varios
|
1975
|
|
H. erectus
|
2–0.3
|
África, Eurasia (Java, China,
Vietnam, Caucaso)
|
1.8
|
60
|
900–1100
|
Varios
|
1891/1892
|
H. cepranensis
|
0.8
|
Italia
|
1 copa craneal
|
1994/2003
|
|||
H. antecessor
|
0.8–0.35
|
España, Inglaterra
|
1.75
|
90
|
1000
|
Tres sitios
|
1994/1997
|
H. heidelbergensis
|
0.6–0.25
|
Europa, África
|
1.8
|
60
|
1100–1400
|
Varios
|
1907/1908
|
Homo rhodesiensis
|
0.3–0.12
|
Zambia
|
1300
|
Muy pocos
|
1921
|
||
Homo neanderthalensis
|
0.23–0.024
|
Europa, Asia Occidental
|
1.6
|
55–70 (complexión fuerte)
|
1200–1700
|
Varios
|
1829/1864
|
Homo sapiens
|
0.25–presente
|
Mundial
|
1.4–1.9
|
55–100
|
1000–1850
|
Todavía vive
|
—/1758
|
H. sapiens idaltu
|
0.16
|
Etiopía
|
1450
|
3 cráneos
|
1997/2003
|
||
H. floresiensis
|
0.10–0.012
|
Indonesia
|
1.0
|
25
|
400
|
7 individuos
|
2003/2004
|
CUADRO
SINÓPTICO DE LA EVOLUCIÓN HUMANA
Época
|
Edad
|
Tiempo
(absoluto)
|
Australopitecinos
(África)
|
Homo
en África
|
Homo
en Europa
|
Homo
en Asia
|
Cultura
|
Holoceno
|
(reciente)
|
Actualidad
11 700 |
H. sapiens
|
H.
sapiens
|
H.
sapiens
|
Neolítico
a actualidad
(Escritura, ...) |
|
Pleistoceno
|
Tarantiense28
|
11 700
126 000 |
H. sapiens
(195 000-act.) |
H. sapiens
(¿40 000-act.) H. neanderthalensis (230 000-29 000) |
H.
sapiens
(42 000-act.) H. floresiensis (75 000-13 000) H. erectus soloensis (130 000-50 000) |
Paleolítico
Superior
Musteriense (Pensamiento abstracto, arte) |
|
Ioniense28
|
126 000
781 000 |
H. sapiens idaltu
(185 000) H. sapiens (195 000-act.) H. rhodesiensis (600 000-160 000) |
H.
neanderthalensis
(230 000-29 000) H. heidelbergensis (500 000-250 000) |
H. erectus
(1,8 Ma-250 000) |
Musteriense
Achelense (Fuego) |
||
Calabriense28
|
781 000
1,8 Ma |
Paranthropus robustus
(2,0-1,2 Ma) P. boisei (2,3-1,2 Ma) Australopithecus sediba (1,95-1,78 Ma) |
H. ergaster
(1,75-1 Ma) H. habilis (1,9-1,6 Ma) |
H. antecessor
(>780 000) H. cepranensis (800 000) Homo sp. de la Sima del Elefante (1,2 Ma) |
H.
erectus
(1,8 Ma-250 000) H. georgicus (1,8 Ma) |
Achelense
Olduvayense |
|
Gelasiense28
|
1,8
Ma
2,59 Ma |
A.
sediba
(1,95-1,78 Ma) P. robustus (2,0-1,2 Ma) P. boisei (2,3-1,2 Ma) P. aethiopicus (2,6-2,2 Ma) A. garhi (2,5 Ma) A. africanus (3-2,5 Ma) |
H.
habilis
(1,9-1,6 Ma) H. rudolfensis (2,4-1,9 Ma) |
Olduvayense
(Industria lítica) |
|||
Plioceno
|
Piacenziense
|
2,59
Ma
3,6 Ma |
A.
africanus
(3-2,5 Ma)Kenyanthropus platyops (3,5 Ma) A. bahrelghazali (3,58 ± 0,27 Ma) A. afarensis (4-2,7 Ma) |
||||
Zancleense
|
3,6
Ma
5,33 Ma |
A.
afarensis
(4-2,7 Ma) A. anamensis (4,2-3,9 Ma) |
FUTURO DE LA
EVOLUCIÓN HUMANA
Se han
hipotetizado diferentes posibilidades respecto a la evolución futura del ser humano, entre ellos
destacan.
Una línea del
pensamiento que asegura que la especie humana ha dejado de evolucionar de la
misma forma que el resto de los seres vivos. La razón que plantea es que los
avances en la ciencia ahora permiten
sobrevivir a personas que de otra forma habrían muerto (eliminación o
alteración del proceso de la presión selectiva (Selección
natural; como también la existencia de una movilidad a nivel
global, diluyendose así cualquier novedad genética en una población tan grande
(eliminación de la deriva genética).
Sin embargo, existen también otras posturas
que consideran que son precisamente los adelantos tecnológicos los que impulsan
actualmente la evolución humana. Por otra parte, también se ha propuesto que en
el futuro la tecnología posibilite a las personas vivir como cyborg o incluso como
seres digitales dentro de
cuerpos o estructuras completamente artificiales.
CONCLUSION
En este módulo hemos aprendido y
sobretodo comprendido lo importante que es conocer todo el acontecer humano desde su aparición en el
planeta, con los aspectos genéticos de
la evolución humana, así como de las
migraciones prehistóricas que de esta manera ha influido en todos los
cambios de nuestro mundo.
Ya que sin este módulo y toda su información
el origen y todo cambio de la vida humana estaban lejos de ser claros, pero en
este momento sabemos perfectamente que
con el fin de la prehistoria y el inicio de la historia con la
arqueología han marcado una
estructuración creciente de la sociedad, provocando una modificación sustancial
del hábitat, una socialización avanzada en la actualidad, con la existencia de documentos escritos, a cerca de la vida humana.
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